
Cada variedad de naranja tiene su tiempo de recogida que depende también de la zona y el clima. Una vez llegado su tiempo de recogida depende también un poco de las prioridades que tenga el recolector, dependiendo de si desea venderla directamente o almacenarla deberá seleccionar un momento u otro de recolección.
Lo que sí hay que tener claro es que al momento de recoger las naranjas el sabor sea perfecto.
Seguramente muchos piensen que las naranjas se podrían recoger guiándonos por su color, pero sería un error ya que eso no significa que la naranja esté madura y dulce.
Sin embargo su sabor si nos dice claramente que están listas para recolectar la cosecha. La única manera de estar seguros al 100% de que la fruta tiene su punto de sabor ideal, es coger una naranja del árbol, pelarla y probarla.
Claves para recoger las naranjas
1- No recoger nunca la fruta cuando estén mojados.
Si la naranja está mojada, su piel estará más blanda y al manipularse o rozarse se rompería con facilidad.
Después de días de lluvias, es mejor empezar por la parte alta del naranjo ya que serán las primeras que se habrán secado por darles antes el sol.
Si por el contrario se prevé lluvias en el momento de la recolecta, tendremos que adelantar la recogida y empezaremos por la parte baja del árbol que son las que más riesgo tienen de estropearse y caerse.
2- Cortar las naranjas correctamente.
Las naranjas se cortan de la rama al ras del fruto utilizando unas tijeras o alicates especiales para cítricos.
La recolección coger los cítricos estirando el fruto hasta arrancarlo es muy habitual, pero hacerlo de este modo supone, casi siempre, una rotura en los tejidos del cítrico, que están próximos al tallo. Esta “herida” se convierte en el punto débil de la naranja y en la probabilidad de aparición de hongos. Por otra parte, si en el tirón arrancamos parte de la rama, ésta deberá cortarse a ras de la rama durante la selección de la fruta.
3- No recogemos naranjas del suelo
Cualquier fruto que se cae al suelo habrán sufrido el impacto de la caída, por lo que estará dañado y durante el tiempo que ha estado en el suelo es posible que haya sido atacado por insectos y hayan empeorado su calidad.
4- No recolectamos frutos pequeños
Para garantizar su calidad y sabor, las naranjas deben tener un “peso” mínimo. Por supuesto, todo depende de la variedad pero es aconsejable que las naranjas tengan un buen tamaño para que el cliente las consuma en mesa o en zumo.